31 de marzo de 2007

En la Quinta de los Molinos

Domingo 25 de marzo

Pequeño estanque,
tu humilde fuente alimenta mis oídos.
El sonido del agua
es una caricia refrescante y calmante para mi alma,
que recibo,
con los ojos cerrados,
mientras escucho el calor del sol
que me baña
y lanza besos, desnudos, a mis mejillas
a mis párpados.
No puedo estar más agradecida.
Mi espalda
pegada al tronco de un árbol,
siente su firmeza, su acogedor apoyo.

Amor de la tierra
de la madre.
La sensualidad empapa sus creaciones
(¿o está en mis ojos?).

5 comentarios:

Tania dijo...

Muy lindo, Ana. A mi también me fascina el mundo de las sensaciones que son provocadas la naturaleza. Creo que la tierra tiene una voz amorosa y seductora que busca dentro de nosotros nuestra esencia, para que recordemos que también somos naturaleza.

Y por lo que nos regala en tus delicados escritos, tienes buenos ojos para ver y sentir los mensajes de la tierra.

Abrazos,

Isa Segura B. dijo...

Naturaleza
Inunda tus letras de
Sensibilidad.
Saludos.

Luis Vence dijo...

Los ojos humanos son la forma que tiene el Universo para apreciar su propia Belleza. Eso creo o me gusta creer.

Reportera de interiores dijo...

Hola a todos, llego tarde pero llego...

Tania, qué bien, me gusta lo que dices, sí debe de ser algo así. Muchas gracias y muchos besos.


Isa,

encantada de recibirte por estas tierras, agradezco mucho tus palabras.

Un abrazo.

Luis,

curiosa reflexión, sí.

Un abrazo,

ana

Juan B. Morán dijo...

La naturaleza sólo se comprende cuando se siente así como lo has expresado.

Saludos