30 de enero de 2007

Cuaderno cuna

Sólo quiero acurrucarme en ti,
soñar.
Que sostengas tú mis lágrimas
inconmovible amigo.
Tengo tanto miedo de abrirles la puerta
y que no se vayan nunca.

No puedo más.
Me gustaría haberme quedado sordo también
para no escucharme.
¿Cómo describir mi balbuceo?
Un motor que no arranca.
Me siento tan torpe.
Una palabra es un siglo.
Imposible recorrer esa distancia.
Grito por dentro
que soy el de siempre,
pero el eco no me oye.

Sólo acurrucarme en ti,
que me arrulles
sentir tu caricia (Dios mío, ¿me estaré volviendo loco?).

Me gusta imaginar
que una mano suave
se desliza por mi mejilla.
Me gusta imaginar
que no es un sueño,
que cualquier día ella vendrá a buscarme.
Me gusta
¿qué le voy a hacer?
imaginar
que aquel día no cogí el coche.

Lo peor es que luego no sé volver,
intento buscar una salida
que no me rasgue el alma
pero no la encuentro.

Y me envuelvo entre tus páginas.
Me dan libertad.
Volar,
aterrizar,
jugar a romperme

volviendo después a hacer el puzzle.

29 de enero de 2007

Proceso creativo

El otro día se me apareció esta frase:

"Enciendo mi sombrero...",

pero no le encontraba sentido,
sin embargo me hacía sentir increíblemente bien. Sin saber por qué. Y seguí buscando, insistiendo, aunque pensaba al mismo tiempo que era un poco absurda.

Y hoy al fin,

ENCIENDO MI SOMBRERO
y se iluminan las habitaciones de mi mente.

Te encuentro en un rincón,
agazapado,
intentando esconder las manos,
llenas de respuestas.
Qué niño sigues siendo...
Ahora no me cabe ninguna duda:
fuiste tú quien volvió a apagar la luz.

Enciendo mi sombrero
y cantan las luciérnagas en la solapa de mi abrigo.
Sonrío,
no sé si por dentro o por fuera.
Se han despertado mis hilos conductores
y estoy otra vez, técnicamente viva.

28 de enero de 2007

Espejismo

La sed
dibujó nuestras siluetas
y nos bebimos
creyéndonos oasis.

Después caímos exhaustos
y ya no pudimos abrazar
nuestros cuerpos de arena.