29 de junio de 2008

La noche quiere cerrarme los ojos
se empeña en ser sueño
mientras yo observo temerosa el hilo que me une a ti
sin saber si acariciarlo
si romperlo.
Quizá esté sólo en mis pupilas.

Nunca
nunca me gustaron las esperas.














La V ya se ha acostado y trata de acariciar la farola,
pero ésta no se da cuenta; desde su sombra, absorta, admira la lumbre en los edificios
mientras sueña que son sus ojos los que dan ese color a las azoteas.

Nunca había hecho fotos. Desde hace un par de meses tengo un móvil con una cámara bastante aceptable, y he empezado a jugar. Me gusta. Perdonad mi atrevimiento. Os traigo poemas visuales imperfectos.

27 de junio de 2008

Desconcierto

No sé,
a veces
cuanto más me conozco
menos me reconozco.
Asusta quitar capas
cuando la cebolla
es uno mismo.
Hoy he estado con un amigo durante el partido de fútbol. Me encanta tener un amigo, chico, que pueda no ver un partido como ese que sólo habremos dejado de ver 3 ó 4 en toda España. Sí, llamadme rarita, pero no lo puedo evitar. Me satisface poder disfrutar de lo diferente. No por nada, no penséis que voy de especial. No, sencillamente no se me mueve un pelo con el fútbol, ni con las banderas. Cero. Eso sí, estoy bien orgullosa de ello. Pero es natural, no postizo. Gracias, J.

9 de junio de 2008

El mundo entero puede amarte, pero ese amor no te hará feliz. La felicidad proviene del amor que emana de tu interior. Ese es el amor que realmente cuenta, no el amor que los demás sienten por ti.

La maestría del amor, Dr. Miguel Ruiz.
¿Dónde?

En algún recoveco
de dolores antiguos.
Allí sobrevive
mi enfado.

Como está escondido
se ha perdido tantas cosas...

Se ha perdido
la alegría de estar en paz,
la calma de dar la razón a los demás,
todo el amor que cabe en una célula
después de haber quitado la maleza.

Si supiera todo esto
él mismo dimitiría.
O no...
Quizá él nunca haga
semejante hazaña.

Tal vez la única posibilidad
sea destruirlo.
Disolverlo
con agua de amor.