9 de marzo de 2007

Y de repente
el invierno se calló.
Ya no encontró razones
para seguir asolando su corazón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El invierno asola éste corazón como azota al sarmiento de la vid. Está jugando su necesario papel en la elaboración del vino, noble sangre de las entrañas de la madre Tierra.

Luis Vence dijo...

El invierno, mi querida Ana, ha emigrado para cantar su silencio a otras tierras (por aquí, ya estamos intuyendo su cabalgar interoceánico).

Reportera de interiores dijo...

El invierno de que yo hablaba era interior, no me daba cuenta de que el otro también nos está dejando, para ir a visitarte... Bonita esa idea del cabalgar interoceánico.

Te mando unos besos también interoceánicos, claro...

ana