18 de abril de 2007

La PAZ y la paz

Para el jardinero


Escuchamos la palabra PAZ y nos sentimos muy pequeños, muy incapaces de colaborar en esa labor tan enorme que es la paz mundial o la paz en un país o en una ciudad. Pero yo creo que estamos equivocados; parar una guerra es muy difícil, pero sí podemos impedir que se cree una nueva, aunque sea pequeña. Porque la gran PAZ se compone de muchas paces pequeñas (paz, paz, paz, paz, paz, paz), y al lado de ellas ya no nos sentimos tan diminutos. Y ¿cómo podemos poner nuestra paz chiquitita en la bolsa gigante de la paz...?

La paz no es
una paloma
no es una palabra
no es una pancarta.

Es
reconocer el trocito de guerra
que hay dentro de mí,
no esconderlo
no culpar al que tengo al lado.

Es
reflexionar, hacerme preguntas:
«¿Por qué le he gritado, qué me pasa?
Quiero averiguarlo.
Me siento furioso,
pero no tengo derecho a pagarlo con él,
ni con nadie.
Y no me voy a castigar
necesito comprenderme
y cuidarme.»

Es
pedir perdón.
Y
perdonar.

Es
ser vulnerable,
no esconder el dolor y las lágrimas tras un arma
y disparar.
(Las armas no son sólo de fuego
hay algunas invisibles
que hacen mucho daño.)

Es
un trabajo diario,
DIARIO,
mantener la paz
con mi familia
con mi pareja
con mis amigos
con mis compañeros
y sobre todo
y en primer lugar
conmigo mismo.

La paz, la PAZ
no es
fácil,
pero es
POSIBLE.

(Para un concurso sobre La paz que organizó Cruz Roja - 20-5-05)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En la fotografía tras la que te escondes en la cabecera de tu blog, está el mar de la creación y la tierra fertil de tu persona. Está la luz del padre Sol y la sombra de la mujer que se asoma al subsconciente que simboliza el agua. De esta unión inimitable brota tu poesia. De oro y de PAZ.
Gracias mayúsculas.

Reportera de interiores dijo...

¿Cómo me has reconocido? ;)

Qué lectura tan increíble de la foto... Gracias por tu ojos generosos. Es bellísimo. Tanto que a mi pequeño yo le viene grande, pero te lo agradezco y sobre todo si a ti te produce cosas buenas lo que escribo me alegro muchísimo, eso es lo que cuenta.

Un abrazo,
ana

Anónimo dijo...

A veces siento una increible paz en mi interior y siento que a mi alrededor soy capaz de transmitir paz, sin hacer nada en concreto.
Ya no hay lucha interna, no hay querer conseguir algo para ser más feliz, en esos momentos se respira paz.

Reportera de interiores dijo...

Pues qué maravilla, eso suena a la esencia misma de la felicidad.

Bienvenido a estas tierras!