21 de marzo de 2007

A mis queridos lectores silenciosos

Normalmente cuando no hay comentarios creo que nadie me lee. Pero una pececita muy querida me contó un día que me leía siempre y sin embargo pocas veces escribe. Me hizo mucha ilusión, por supuesto. También de algún comentario que habéis dejado se deduce que no siempre escribís, lógicamente. Es que mi mente a veces es muy plana: no veo respuesta, no ha venido nadie. Todo esto al final lo que hace es halagarme. El que una sola persona me lea siempre ya es un milagro (no te preocupes, pececita, si ahora me lees menos, no te sientas obligada a alimentar este adverbio, te utilizo como ejemplo), y que haya más que lo hagan de vez en cuando o a menudo, es una gran alegría, una caricia en el alma.

Y como no puedo contestar vuestros comentarios, os dedico esta entrada y este poemita con el color de mi alma, malva.

Gracias por vuestros ojos
vuestro corazón.
Por dejaros empapar
por mis ideas, mis emociones,
mis juegos, mi mirada.
Sois el colchón de luz
donde me recuesto
donde sueño y añoro.
Donde invento.
Sois mi eeeeeeeeeeecoooooooooooooooooooooo.

4 comentarios:

Tania dijo...

Hola Ana,

A veces dejo mi voz, otras vengo silenciosa, pero es cierto que por estas tierras minusculas ando siempre. Porque aquí encuentro delicadeza y sensibilidad.

Gracias por compartir.

Te deseo una hermosa semana.

Juan B. Morán dijo...

Hola Ana

Me gusta el silencio porque a veces me parece la mejor forma de respeto al pasear por estos trozos de ti. Quizás notamos en tus palabras todo tu empeño y por ello sólo susurramos de vez en cuando.

Besos

Luis Vence dijo...

Hola Ana, por aquí siempre ando también nadando, pero a veces me gusta el silencio, porque tú lo dices todo y muy bien. Pero también es cierto que necesitas saber que estamos aquí. No sé si soy pececito o tiburón...:)...pero te leo y me gusta lo que leo. Sigue así...

Reportera de interiores dijo...

Muchas gracias a todos por vuestras visitas, vuestras palabras, vuestro silencio,en fin, por estar ahí como cada uno quiera estar.

Muchos muchos besos,


ana