14 de enero de 2009

Fluir o cómo dejar de pedir la luna

Morfeo está ya casi dándome gritos, pero yo me río de él (o eso me creo, mañana la que estará muerta de sueño seré yo) y no me resisto a lanzar una entrada al aire. También podría escribir en mi cuaderno no luminoso pero se coge un poco de adicción a la posibilidad de que lo lea alguien aunque sea uno, dos, ¿tres? Numérense... Pues esto era lo que hoy me ha quitado el sueño:

fluir.
(Del lat. fluĕre).
1. intr. Dicho de un líquido o de un gas: correr.
2. intr. Dicho de una idea o de una palabra: Brotar con facilidad de la mente o de la boca.

Fluir. Amar. Sin condiciones en cada página. Sin cláusulas a cada rato. Fluir. Suavemente. Sin saltos. Sin interrogatorios. Sin promesas. Ahora es siempre. Ahora tus ojos y tu voz. Ahora tu chispa. Es ahora tu calor. Mañana, mañana, mañana: una loca carrera a ninguna parte. Fluir. Sin juicios. Abrazando. Observando. No te puedo entregar el cielo (siempre quiero deslumbrar), no, sólo una pequeña nube a veces descosida, a veces radiante, a veces a rebosar. Si te es suficiente mi nube, quizá no tenga yo que pedirte la luna, y me pueda conformar con tu puñado de estrellas, a veces fugaces, a veces distantes. Quizá. Fluir. Derretir las palabras, que no se encuentren frías, chocando contra mi lengua y saliendo despedidas sin control. Fluir. Emborracharlas de endorfinas. Besarlas antes de que toquen tu oído. Lo que sea para que se apague el frío. Fluir. Es un deseo. Fluir no significa perderse, venderse, dejarse. Fluir. Elegir. Pero no romper antes de que nazca. Dejarlo existir. Cuando se acabe, a fluir a otra parte. Pero mientras esté, aunque sea un hilo. F....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta! Un beso. María