20 de diciembre de 2008

Semana de Antivirus

Después de ya casi una semana, que parece un mes, intentando vencer al virus maligno que se quiere comer mi cuaderno luminoso, mi mente ha empezado a extrapolar, verbo extraño donde los haya y que le encanta (a mi mente).

El antivirus escanea, repasa archivo por archivo si hay infección y luego supuestamente cura. Esa fase todavía no la he podido concluir, confieso. Pero no os preocupéis, leer esto no os contagiará, no obstante, si queréis estar más seguros poneos guantes en los ojos y ya está. Perdón, creo que el virus está ahora jugando a la comba entre mis neuronas.

A lo que iba, extrapolemos: por qué no hay un antivirus para humanos, que escanee nuestro cerebro, nos pase un informe de los sectores dañados y luego nos haga un lavado, quiero decir una limpieza y restauración, y nos deje listos para ser felices. Aunque sigamos llevando un antivirus residente, así se llaman los que previenen el daño antes de que suceda. Que ve que nuestro cerebro va a volver a infectarse, stop, freno, lo detiene antes de que vuelva a minarnos y… reiniciamos el equipo. Jo, qué bien estaría, ¿no?

Aunque algo así creo que existe, pero es manual. Vamos, que tiene que ir uno mismo, como hormiguita revisándolo todo y estando alerta… en fin, agotador. Pongamos un fondo para investigación, por favor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno lo del antivirus. Yo me apunto a la propuesta.
Y también deberíamos tener la facultad de resetearnos y poder empezar de cero cuando la situación es insostenible (o simplemente te has colgado
Besos navideños (son un poco más dulces por aquello del turrón y el mazapán)