20 de diciembre de 2008

Papá

No hay mayor sensación de impotencia que recordarte, dibujar tu cara entre mis lágrimas y mis párpados cerrados y tener la certeza de que nunca, nunca, por más años que viva, por más votos que hiciera u oraciones que rezara, NUNCA vas a volver. A veces hablo contigo, mando mensajes a... tus átomos dispersos en el aire del mundo y tengo la esperanza de que tu corazón me escuche desde algún sitio, desde todos los sitios.

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