9 de diciembre de 2006

Me gustan las fruterías fruterías.
Esas en que la fruta
y las verduras son libres,
no están encogidas entre corcho y plástico.
Y unas cuantas zanahorias en rama
pueden acariciar levemente a las lechugas de al lado,
mientras una manzana starking
se aleja con disimulo del montón
y flirtea con un melocotón tímido,
que no se atreve a ser la oveja negra.

2 comentarios:

Luis Vence dijo...

Este poema es grandioso! Vaya forma de hacer poesía con cierto grado de humor y de frescura! No es un haiku, pero es similar en espíritu!
A propósito, Ana, fíjate en mi última entrada en la página de "ficciones naturales", a partir de un haiku que me enviaron, una fotografía que me hizo recordarte.

Anónimo dijo...

Uhmmmm, que frutería más sensual.... si parece que se huele el aroma de los membrillos, las naranjas, los fresones, y se pueden ver los rojos, amarillos, verdes, violetas por todas partes.
Sólo faltan las castañas, las nueces, las avellanas y el resto de frutos secos, que están un poco apartados en un rincón. Es que son muy suyos, los de cáscara dura son de otras estirpe.