10 de septiembre de 2008

¿Viene del cielo o del infierno?

Estaba yo dándole vueltas a mis problemas, ya con cierto riesgo de que me dieran la vuelta ellos a mí y me hiciera un nudo entre las sábanas, cuando han empezado a caer piedras del cielo; así sonaba el brutal granizo que acaba de caer en Madrid. Buen momento para relativizar. Tras el primer momento de pavor, de ¿será esto el fin del mundo del que hablan?, he recuperado el ritmo de mi respiración y me he dicho con una sonrisa, ay, y yo preocupándome por tonterías. Después, he mirado por el menor hueco posible de la contraventana el suelo completamente blanco del patio, y he rezado (sin oraciones) para que aquello acabara cuanto antes.

2 comentarios:

Pedro M. Martínez dijo...

No hace demasiado tiempo, recuerdo los días en los que llovía, lucía el sol, nevaba, había granizo, salía el arco iris, las nubes pasaban sobre nuestras cabezas y nos parecía lo natural.
Hoy que llueva, que granice, que haya sol (equivalente a “buen tiempo”) es una noticia de los telediarios.
Algo nos está pasando.

Reportera de interiores dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo con una salvedad. Lo que dices es cierto, creo que tiene que ver algo con el cambio climático y mucho con hacer de todo una noticia y un drama.

Pero en este caso no estoy contigo porque este granizo fue muy fuerte y acojonaba. El tamaño de las piedras, bolas, o lo que sea, es el más grande que he visto en mi vida.

:-)