NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO...
Y así hasta el infinito.
Nunca antes he escrito sobre esto.
Cómo abordar tan mayúsculo tema desde mis tierras minúsculas.
Me siento pequeña, tengo miedo.
Pero NO.
Quizá soy muy rara, sí,
también siento una felicidad enorme cuando veo dos gays o lesbianas besarse en la calle
esto muy normal no es
a veces intento compartirlo y... a duras penas.
Aunque también la siento cuando dos hombres, amigos sin más, se abrazan, se dan besos en lugar del típico apretón de manos o el golpetazo en la espalda.
Quizá es que me alegro cuando respiro libertad
aunque sea sólo una pequeña ilusión momentánea,
oye, no lo puedo evitar (¡¡ni quiero!!),
ese aroma aumenta mis endorfinas
y siento unas ganas inmensas de abrazar a todo el mundo, de reír, de bailar la vida.
Y quizá, por eso siento miedo
cuando no respiro libertad,
y siento muchas más cosas
cuando además lo que entra en mis pulmones es violencia:
NO,NO,NO,NO,NO,NO,NO,NO,NO...
Qué acostumbrados estamos
he visto gente no alarmarse con la violencia de ayer en el ministerio del interior
justificarla.
Es que NO.
Sólo en defensa propia es justificable,
porque hay muchas formas de decir, pedir, insistir, y llegado el caso, ordenar y aplicar la ley
sin violencia,
que no nos vendan otra cosa,
es gratuita
es indignante, por supuesto,
pero sobre todo
que no nos laven el cerebro.
Es como cuando los padres (y que me perdonen, no soy madre, y fácil sé que no es)
pegan a sus hijos porque no saben qué otra cosa hacer
no saben cómo manejar la situación
y entonces recurren a lo más fácil y dañino.
Es mejor darse uno de cabezazos contra la pared
si siente impotencia
si no es capaz de hacer otra cosa
o salir a buscar a gritos un psicólogo, una ayuda,
antes que poner un dedo encima de otro ser humano
sea del tipo, nivel, raza, sexo o edad que sea.
Así veo yo el uso de la violencia,
hay que revisar las viejas creencias
no se puede consentir pegar a nadie por no saber qué otra cosa hacer
por no saber dialogar.
Todo indica que
también a todos los niveles,
es tiempo de una Revolución Interna:
mirar un poquito hacia dentro
para hacer un hueco a la humildad,
todo tiene cura
si abrimos la mano para coger otra
en lugar de alzarla por encima de alguien.
Es la misma mano
el mismo dolor
pero con un cambio de dirección.
6 comentarios:
Es que en esta mundo, los humanos sólo nos movemos por el miedo y ese miedo absurdo ha hecho que pegaran y el miedo nos hace uno seres pobres y sin ...sin nada para vivir en mayúsculas.
Por desgracia creo que eso sólo es un acto humano más, de lo que somos y que seremos, no veo que nadie quiera cambiar...
Besos
Hola, Pluvisca,
pues yo me animo pensando en los poquitos que quieren cambiar. Llámame ingenua :)
Abrazos
ana
No se puede decir más claro ni mejor. Me encanta.
Ésa es la revolución que hace más falta, la Interna, porque hoy día no estamos cargados de cadenas ni nos dan latigazos ni plantan cabezas en picotas a los lados del camino. No, hoy día lo que sufrimos son unas cadenas mentales que nos hacen autofustigarnos sin descanso. Para encontrar las llaves de los candados hay que tomárselo con muuuucha calma.
Un abrazo Ana
Palomi,
más vale tarde que nunca... Mil gracias y me alegro mucho de que te gustara. Me encanta que me visites. Besosssss
Ximo,
sí, me temo que ese es un gran tema y ando preparando un trabajito precisamente sobre la Revolución Interior, y al leer esto..., creo que te voy a proponer algo... sabrás de mí :)). Un besazo, ana.
Propónme propónme :)
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