28 de octubre de 2008

No sé por qué

suelo desnudarme
en este cuaderno luminoso.
Por qué necesito desgranarme
deshojarme, derramarme.
No lo sé.
Y no es cómodo.
Sobre todo porque no tengo tiempo
para despojarme
tanto como deseo.
No es cómodo.
Porque ya no sé qué es esto
¿un diario?, ¿un borrador de algo que podría ser mejor?
¿una confesión?
Dejaré de un lado los porqués
de momento
y continuaré
descubriéndome
con la ayuda
de vuestros ojos.

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