La V ya se ha acostado y trata de acariciar la farola,
pero ésta no se da cuenta; desde su sombra, absorta, admira la lumbre en los edificios
mientras sueña que son sus ojos los que dan ese color a las azoteas.
Nunca había hecho fotos. Desde hace un par de meses tengo un móvil con una cámara bastante aceptable, y he empezado a jugar. Me gusta. Perdonad mi atrevimiento. Os traigo poemas visuales imperfectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario