2 de noviembre de 2006

Lluvia no deseada

No puedo más.

Enfrente de mi mesa, en el trabajo, hay una ventana y para ir al baño la gente tiene que pasar delante de ella. Estos días que estamos teniendo la enorme fortuna de que llueva para paliar un poco la sequía, esto es con lo que me encuentro: "Otra vez llueve, ¡qué mala suerte!", "Ah, parece que está lloviendo, no, qué rollo", "Jo, qué día más deprimente".

Y esto multiplicado por mil. Creo que sólo una persona ha mostrado su alegría. Yo me desespero.
¿Es sólo en mi empresa? Lo preferiría. Al menos saber que hay gente que piensa de otra forma.
En realidad, lo sé, tengo amigos que no piensan así. Pero es tanta la gente que veo en esa línea que eso es lo que me deprime a mí y no la lluvia.

A mí también me incomoda en algún momento: no se me seca la ropa, me mojo, incluso me puede bajar el ánimo no ver el sol. Como a todo el mundo. Pero me alegro, sí, cuando llueve, porque por encima de todo eso hay un problema enorme que nos afecta a todos. ¿Cómo se puede estar ajeno a eso?

Uf! Necesitaba compartirlo. Cambiar sus mentes ya es más difícil.

(Gracias, lluvia. No dejes de venir.)

6 comentarios:

Luis Vence dijo...

afuera
la lluvia se entromete
y el latido me va arrastrando
(y pasa el latido de aguacero a ser llovizna de melancolía)

o en la llovizna
son mis ojos
los que ven melancolía?

Un beso,
Luis.

Luis Vence dijo...

Queda tranquila. La insensatez está en todos lados. Aquí en Argentina también tenemos sequía. Y es morboso ver a los periodistas de noticieros de Buenos Aires preguntarle al meteorólogo de turno: ¿Estará lindo el fin de semana? ("lindo" para ellos, es sólo sinónimo de "sol").

O decir, "malas noticias para el fin de semana: lluvia". Cuando por otro lado, se muestran las tierras áridas y resecas y los animales que sólo lamen polvo.

Así nos va.

Luis.

Anónimo dijo...

que llueva, que llueva...
¡arriba la tristeza! que suban las palabras y se abrazen a la piernas,
que llueva, que tienes sed.

Un beso

Pablo

Anónimo dijo...

Lo bueno del asunto es tenemos el derecho y el deber de formarnos nuestra propia mirada sobre las cosas, y en cambio dejamos que otros fabriquen una opinión, nos la coloquen, y encima la hacemos nuestra.

Ana A. dijo...

Me
ENCANTA
la lluvia ...

Conociéndote por rincones antiguos ...

Besos.

Reportera de interiores dijo...

Anita, qué alegría. Te leí el viernes desde el curro y dibujaste una enorme sonrisa en mi día pero hasta hoy no tuve un momento tranquilo.
Empiezo el viaje que hiciste y maravilloso verte por estos rincones que ya casi ni recuerdo..., ay, ahora soy un poco más tolerante con esto de la lluvia :-)