Si quieres escapar por un momento del mundanal ruido o del machacón runrún interior…
…abandónate por un instante a mis palabras…
Lo mejor es que te sientes o te tumbes, aunque también puedes estar de pie, siempre que estés tranquilo y no te afecte lo que pase a tu alrededor.
Cierra los ojos.
Coloca tus manos en forma de cuenco y después abraza con ellas ambas orejas.
Ahora, muy lentamente… y sin abandonar esa posición, ve moviendo las manos hacia un lado y otro, arriba y abajo…
…despacio…, ………………………….., aumenta un poco la presión…
…sigue haciendo ondas…, pequeñas y grandes, lentas y no tanto…
(¿No te parece estar escuchando el mar?)
...sigue jugando como más te apetezca y provocando esas minúsculas olas...
o tal vez prefieras ir un poco más deprisa y hondo, llamando a un gran oleaje...
...sea como sea... (...mar como mar...)
...no te pierdas este poema en movimiento...
...este océano
que se vuelve tu cómplice
y te cuenta secretos al oído...
3 comentarios:
Voy a escuchar el mar..es un calmante perfecto
Besos
Bonita música.
Besos.
Gracias, Pluvisca y Anita, por vuestra visita y por compartir el masaje.
Abrazos marinos
:)
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