24 de febrero de 2014

Un inconsciente juguetón

Hoy he soñado con una naranja que tengo en el frutero. Me hacía un zumo con ella. Lo del zumo, normal. Es cierto que hace mucho que no había una naranja en mi casa porque descubrí que no me sientan bien y desde entonces no las tomo. Esta llegó porque el otro día no tenían otra fruta en el menú del día del restaurante en el que comí. Cuando esta mañana he ido a la cocina y al verla he recordado el sueño, primero me ha entrado la risa, pero después me he sentido un poco estafada y con enormes ganas de decirle a mi inconsciente: “¿No crees que tenemos cosas más transcendentales que tratar en nuestros sueños? ¡Qué poca seriedad!”.