8 de agosto de 2011

El tiempo no es más que una bola de plastilina

Estos días de descanso
quiero volver a andar sobre el tiempo.
Es un juego que aprendí en mis últimas vacaciones:
me sentía como una astronauta,
an...dan...do...muy...des...pa...ci...o...
El reloj no podía conmigo
yo le ganaba a lentitud:
estaba blindada contra prisas
y absurdas ansias de velocidad.
Mi cuerpo
sentía el beso de la calma
y mi mente se complacía en ver pasar un pensamiento por minuto.
Quiero volver a ser una astronauta,
ingrávida,
y mantenerme así más allá de este engaño de las vacaciones.
Sin gravedad,
cada día de los que pueblan mi vida.

6 de agosto de 2011

15-M - Humano y por tanto no perfecto, pero PACÍFICO

NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO...

Y así hasta el infinito.
Nunca antes he escrito sobre esto.
Cómo abordar tan mayúsculo tema desde mis tierras minúsculas.
Me siento pequeña, tengo miedo.
Pero NO.

Quizá soy muy rara, sí,
también siento una felicidad enorme cuando veo dos gays o lesbianas besarse en la calle
esto muy normal no es
a veces intento compartirlo y... a duras penas.
Aunque también la siento cuando dos hombres, amigos sin más, se abrazan, se dan besos en lugar del típico apretón de manos o el golpetazo en la espalda.

Quizá es que me alegro cuando respiro libertad
aunque sea sólo una pequeña ilusión momentánea,
oye, no lo puedo evitar (¡¡ni quiero!!),
ese aroma aumenta mis endorfinas
y siento unas ganas inmensas de abrazar a todo el mundo, de reír, de bailar la vida.

Y quizá, por eso siento miedo
cuando no respiro libertad,
y siento muchas más cosas
cuando además lo que entra en mis pulmones es violencia:
NO,NO,NO,NO,NO,NO,NO,NO,NO...

Qué acostumbrados estamos
he visto gente no alarmarse con la violencia de ayer en el ministerio del interior
justificarla.
Es que NO.
Sólo en defensa propia es justificable,
porque hay muchas formas de decir, pedir, insistir, y llegado el caso, ordenar y aplicar la ley
sin violencia,
que no nos vendan otra cosa,
es gratuita
es indignante, por supuesto,
pero sobre todo
que no nos laven el cerebro.

Es como cuando los padres (y que me perdonen, no soy madre, y fácil sé que no es)
pegan a sus hijos porque no saben qué otra cosa hacer
no saben cómo manejar la situación
y entonces recurren a lo más fácil y dañino.
Es mejor darse uno de cabezazos contra la pared
si siente impotencia
si no es capaz de hacer otra cosa
o salir a buscar a gritos un psicólogo, una ayuda,
antes que poner un dedo encima de otro ser humano
sea del tipo, nivel, raza, sexo o edad que sea.

Así veo yo el uso de la violencia,
hay que revisar las viejas creencias
no se puede consentir pegar a nadie por no saber qué otra cosa hacer
por no saber dialogar.

Todo indica que
también a todos los niveles,
es tiempo de una Revolución Interna:
mirar un poquito hacia dentro
para hacer un hueco a la humildad,
todo tiene cura
si abrimos la mano para coger otra
en lugar de alzarla por encima de alguien.
Es la misma mano
el mismo dolor
pero con un cambio de dirección.