23 de febrero de 2009

No me midas el alma

Necesito desaprender a medir
o aprender a desmedir.
Crecí contando centímetros por todas partes
y siempre me falta o me sobra alguno.
No hay nadie que tenga la medida exacta
vivo ejemplo soy de ello.
Es agotadora la contabilidad del alma
yo me retiro.
Perderé, ganaré
tendré que salir a la calle corta de valor
o excesiva de colores y besos
con superávit de mal genio o
déficit de amor.
Tendrán que quererme así
tendré que quererme así.
Porque pienso hacer una hoguera
sin San Juan
y voy a tirar en ella todos los metros
reglas, metrónomos, calculadoras,
y demás enseres medidores:
iré a pelo por el mundo,
sacaré la mano del bolsillo
sin saber si hay una mano al otro lado
y cosas por el estilo
algunas incluso más arriesgadas.
Por favor,
si alguien tiene una desregla
y me la quiere prestar, alquilar
o incluso vender
estaré agradecida eternamente (o quizá más).