31 de agosto de 2008

La profesión del alma

Creo que me equivoqué cuando pensé qué quería ser de mayor. No sabía en ese momento lo que era importante. Hoy, si me volvieran a preguntar, sin duda sé cuál sería mi prioridad. Diría que quiero ser un ángel. Me refiero a los que no tienen alas. Sí, ya sé eso de que todos somos ángel y demonio; lo sé y lo creo, pero también sé que no en la misma proporción. Yo quiero ser una de esas personas que tienen imán, que desarman con la sonrisa, que generan amor constantemente y, por tanto, lo atraen. No sé si se nace ángel o si es algo que se puede provocar. Cambiar, mejorar, desde luego que se puede, pero llegar a ese punto si uno no viene así de fábrica, tengo mis muchas dudas. Intentaré al menos acercarme, si mi señor ego me lo permite.

Perfeccionista compulsiva

Al final, he decidido ser imperfecta.
Será la única manera de hacer algo bien
y alcanzar de una vez por todas la perfección.

23 de agosto de 2008

Verano en la Catedral de Alcálá de Henares

En agosto, las fes se abrazan a las columnas de la catedral buscando refrigerio. Cuesta creer con lo que está cayendo afuera. Pero en este magnífico templo se refresca el alma y las fes vuelven a su sitio.

Yo sigo en el mío, descreída y absorbiendo el frío de la piedra, la grandeza de sus arcos, el color de las vidrieras y la música de fondo (sí, sí, así de modernos son aquí, Gregorianos y similares, por supuesto). Empiezo a soñar por un momento, en mi eterno mundo de ideales, que la catedral se vacía de cruces y pinchos y se transforma en un templo de culto a la vida, al amor, a la alegría. Bajo sus arcos bailamos, estamos en silencio, nos damos la mano, pero no rendimos cuentas nada más que a nosotros mismos. (Después de unos minutos de ensueño, Anita la fantástica vuelve a la realidad.)

Me siento libre, porque los cristos y las vírgenes no me miran a mí. Las velas sin llama no esperan mis 10 céntimos ni mis preces. Sólo cuando veo una cabeza gacha, mucho, como queriendo que se la traguen las baldosas; miradas sumisas al Cristo en la cruz, expiando culpas; unos besos efusivos y pequeños en los pies de Jesús. Entonces sí, siento un leve pesar, un deseo estéril de que mis hermanos se hubieran desprendido ya de papá y mamá y no encadenaran sus vidas al templo del dolor y el pecado.

Lo ilustro con estas fotitos porque pese a que no es lo mío (como veis llevan fecha y todo), creo que pueden transmitir algo de la belleza de esa construcción.













22 de agosto de 2008

Cómo se rompe un avión, cómo se rompe una madre

Sólo quiero NO estar en mi piel
vivir este infierno desde allí:
qué horror, pobre gente, dios mío.

Sólo eso
estar allí
allí
allí
al otro lado,
sintiendo el tremendo dolor
ajeno.
Ajeno.

¿Qué cambia?
¿Por qué es aquí?
Quiero verlo por la tele
y llorar
retirar el plato
cambiar de canal porque no aguanto la angustia.

Otra piel
otra suerte.

La cara me arde
eso significa que aún tengo cara
no sé
no sé nada
él no tiene cara
y mi alma se derrama sobre su cuerpo ennegrecido
le abraza
se va con él.

Otra piel.

Pero no, no puede ser
esto debe de ser una pesadilla
no puede ser otra cosa,
ahora me voy a despertar,
sí, y llamaré a Manuel
y le contaré este mal sueño.



Para los que no vivís en España, por si no habéis oído la noticia, el pasado miércoles hubo aquí en Madrid, en el aeropuerto de Barajas, un tremendo accidente de avión en el que han muerto 153 personas (me tiemblan los dedos al escribir la cifra en el teclado). No buscaba algo para esta sección En la piel de..., salió así.

15 de agosto de 2008

Esta noche me encantaría encontrarme con esa frase que consuele mi alma, entrar en un blog y toparme con ella. Esa, la única. Para mí. Porque en libros tengo muchas, sí, pero supongo que el latido de la red tiene otro atractivo. He buscado, poco, y no la he encontrado. La voy a sacar de mi inconsciente, a ver si allí hay algo que se deja rescatar a estas horas de sueño, en vigilia. Ahí va, perdonad mi atrevimiento:

Rozas el borde de la noche con tu inquietud, con el crujir de tus dientes, pero no temas, más allá de hoy, más allá de hace un minuto, hay una llama discreta que enciende tu otro lado, el de la diosa, la más humana, y se abraza una vez más a tu demonio, despeinado y pálido. Sé que creías que no iba a llegar este momento, pero aquí está de nuevo. Siempre hay un punto de intersección. No hay que dudar. Abrázate, sin ti no eres nada. Y amanece en tus cortinas.

1 de agosto de 2008

Amor, príncipes y besos en zapatillas

Esta noche quiero gritar
al amor
al que tengo, al que no tengo
al que deseo
siempre lo deseo,
aunque no dé una
porque me falta brújula
me sobran esquinas
mis gafas están mal graduadas
algunos las prefieren feas
confundo príncipes con ranas
y me asustan los tesoros
peroooo
en el camino
estoy aprendiendo a reconocer
y a disfrutar de los pequeños amores
de los grandes placeres
deliciosos
cuando no hay trampa.
De los amigos
grandes y pequeños.
El amor tiene muchos trajes
aunque yo me haya empeñado mucho
en desnudarlo
para verlo siempre igual,
qué ciega.
Pero no puedo evitarlo
sigo queriendo el más grande
ya no lo espero vestido de azul
sé que lleva zapatillas de andar por casa
no desisto
me he levantado de muchos escombros
quiero ese AMOR.
Llamadme loca.
Sé que vendrá y creo que estoy preparada
para reconocer su traje esta vez.
La cosas no son como yo quiero,
pero...
¿soy yo como quieren las cosas?