28 de diciembre de 2006

A veces me gustaría
vivir y vivir y vivir sin parar,
y otras veces
dormir
envolverme,
no despertar en mucho tiempo...

Extraño reparto.
Vivir, dormir
vivir, dormir...

13 de diciembre de 2006

Alma de máquina

La felicidad no es
compatible con mi sistema operativo,
tengo una versión antigua,
un programa obsoleto
de apego al dolor.

Cada vez que una situación
me intenta generar
una producción de endorfinas en bloque,
mis circuitos liberan adrenalina
como si en lugar de hormonas de la felicidad
fueran un ejército de horcos.

He de reconocer
que ese programa que me insertaron
es muy bueno
y resistente.
Aunque quizá
yo alimente, sin querer,
a este fósil
que no provoca más que averías y cortocircuitos.

Ya está.
HOY, un día cualquiera,
sin esperar una fecha especial
como el principio de año,
que ahora sería muy fácil.
HOY,
adquiero un programa nuevo,
pago el primer plazo
de un sistema renovado que me permite
derrochar sonrisas
y me inhabilita
para dejar que las culebras anden en mi estómago
como por su casa.

HOY.
Ahora.

9 de diciembre de 2006

Me gustan las fruterías fruterías.
Esas en que la fruta
y las verduras son libres,
no están encogidas entre corcho y plástico.
Y unas cuantas zanahorias en rama
pueden acariciar levemente a las lechugas de al lado,
mientras una manzana starking
se aleja con disimulo del montón
y flirtea con un melocotón tímido,
que no se atreve a ser la oveja negra.

Una arrepentida

Toma este labio que me sobra,
me lo puse en el doctor todo a cien
y ahora me flota en la cara
me pesa en el alma.
Yo sólo quería ser más sexy
más in.
Y ahora me he quedado sin sonrisa.
Parezco un pez
una muñeca hinchable.
Que me devuelvan mis labios
de pitiminí que nadie miraba.
Quiero ser otra vez
la mujer que sonreía tímida
con su boca pequeña.